ELECTROTERAPIA Y ULTRASONIDOS
Electroestimulación
Uno de los tipos de electroterapia que se usa en rehabilitación es la electroestimulación. La misma tiene dos funciones. Por una parte está el programa TENS, o electroestimulación a baja frecuencia. Se emplea para disminuir el dolor. Por otra parte están los programas destinados a ganar fuerza y evitar la atrofia muscular. Estos recuperan la capacidad del músculo para contraerse. Así se recupera la actividad de músculos que, debido a lesiones o accidentes, habían perdido su fuerza.
La electroestimulación se realiza mediante la colocación de electrodos y la aplicación de corrientes eléctricas. No se recomienda para mujeres embarazadas, para personas con quemaduras en la piel o para aquellos pacientes cardiacos con un marcapasos colocado.
Ultrasonidos
El ultrasonido y la electroestimulación son los dos tipos de electroterapia más comunes y buscados. El ultrasonido funciona como antiinflamatorio en tejidos blandos y poco gruesos. Se utiliza para tratar tendones, bursitis, capsulitis, etc. En cuanto a sus contraindicaciones, coinciden con las de las microondas. No puede tratarse con ultrasonidos a personas con prótesis metálicas, marcapasos o embarazadas.
Los beneficios más importantes son tres:
Efecto calmante: cuando hay una zona inflamada o un dolor localizado, la aplicación de electroterapia produce un efecto analgésico. Así se alivia notablemente el dolor, que puede llegar a desaparecer.
Efecto antiinflamatorio: en combinación con la vasodilatación pasiva, la terapia con corriente eléctrica consigue recuperar el tejido dañado.
Reestructuración: la aplicación de electricidad mediante electroterapia reactiva el bombeo muscular y de ese modo se reestructura el equilibrio de la zona y se mejora la circulación en la misma.